Las verdaderas víctimas del coronavirus no tienen voz. Ni voto
Las verdaderas víctimas del coronavirus no tienen voz. Ni voto.
Muchos de nuestros mayores se han quedado aislados, inmóviles, sin poderse defender de nada ni de nadie. Basta ya.
Las verdaderas víctimas del coronavirus no tienen voz. Ni voto.
Muchos de nuestros mayores se han quedado aislados, inmóviles, sin poderse defender de nada ni de nadie. Basta ya.
La soledad es un virus que ataca directamente a las defensas, ese conjunto de situaciones que te hacen disfrutar de la vida, aun en los momentos amargos. Pero ese pequeño germen que es la soledad recuerda al agua en las zonas húmedas, que te cala hasta el tuétano sin apenas poder evitarlo. Y cuando esta situación alcanza el límite de correspondencia de niveles, evocando a Arquímedes, se desborda por los ojos y se mezcla con el humor salado que contiene.
Cinco olores de #diciembre (máEl otoño se presta a que abramos bien los ojos y contemplemos esa decadencia colorida de la naturaleza. Pero seguro que también has tenido otro impulso, como yo. Y es que hay ocasiones en los que, de forma inconsciente, te olvidas de mirar hacia fuera. Inspiras y espiras una y otra vez, concentrado en asimilar los olores que abren el libro de una nueva estación justo en ese momento en que diciembre abre camino hacia el invierno.
Hazme caso un momento. Cierra los ojos y respira…
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca». (San Pablo. Carta a los Corintios)
Madre.
Qué palabra tan grande.
“Pero el ángel le dijo: ‘No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; Él será grande y […]
Si lo piensas, la mejor receta es evitar todo tipo de excesos. Quizá si hiciéramos lo que nos manda el médico mejoraría, y mucho, nuestro nivel de vida…
Es curioso lo que se aprende del ser humano observando a un pequeño bebé. Lo que somos, lo aprendemos instintivamente, en muchos casos, y nuestro afán por sentirnos protegidos nos hace llorar, gritar, temblar… y otras cosas mucho peores (véase la recién oscarizada película india Slumdog millonaire, que dice eso y más).
Cualquier momento es bueno para tener presente lo mejor que tenemos cada uno. Y generamente no somos nosotros mismos, claro está. Pero las fiestas navideñas son, por su significado cristiano, […]
No sé qué extraño impulso me incita siempre a escribir a estas horas. Tal vez sea el sueño o el velo del cansancio que me acompaña hoy como si fuera un compañero indeseable de fatigas, y nunca mejor dicho.