Montblanc, Tarragona. Un lugar para volver
Rincones para el recuerdo lo son todos. Aunque no haya vivido allí. Porque a veces la cabeza y el corazón nos juegan malas pasadas. Esta bella foto me recuerda a […]
Rincones para el recuerdo lo son todos. Aunque no haya vivido allí. Porque a veces la cabeza y el corazón nos juegan malas pasadas. Esta bella foto me recuerda a […]
Quizá un día no sabes dónde ir y se te ocurre mirar en este blog: Paseos con encanto
Hace poco tuve que ir a Salamanca. Fui por trabajo y por turismo, porque yo siempre aprovecho estas cosas. Estuve de día, vi anochecer y luego volví a Ávila, con una sonrisa en los labios y con la satisfacción de haber conseguido mi primer viaje soleado de todo el invierno.
La verdad es que siempre he tenido un buen concepto de Salamanca como ciudad. La veo próspera, llena de iniciativas, viva y en crecimiento. Y, a pesar de todo, sigue contemplando la impronta del tiempo en sus calles, en sus monumentos, en su hermosa plaza. Su catedral me volvió a dejar impresionada. Conocí un bello rincón, el jardín de Calixto y Melibea que, a pesar del invierno, dejaba entrever una bonita primavera. Desde allí anocheció ese día para el resto del mundo.