QUERIDOS AMIGOS,
Comienza un nuevo año de color verde esperanza para todos porque, aunque no deje de ser un tópico, el inicio de una nueva etapa lo marcamos artificialmente en estas fechas. No hay otra.
Para este 2007 que acaba de desembarcar en nuestras vidas, no me conformo con desearos que, al menos, sea igual que el anterior. Deseo que sea mejor. Será momento de cambios positivos, de continuaciones provechosas y de cerrar las puertas a los malos rollos. Y ya sé que no es algo fácil muchas veces…
Por desgracia, hemos acabado el año con ejecuciones y hablando de terrorismo. El halo blanco de la paz parece desmoronarse a veces por culpa de pensamientos, actitudes y actos que nos cuesta entender.
Por mi parte, lo único que puedo hacer es pediros -y me aplico el cuento- que cada uno de nosotros pongamos nuestro granito de arena para conseguir que el mundo sea un poquito mejor. Eso sí, sin contemplaciones a la hora de rechazar aquello que , en nuestro parecer, está en contra de los valores elementales de la vida, la convivencia y la paz. Sin remordimientos a la hora de tachar de nuestra lista a aquellos que viven para destrozar, a los que están alienados en pensamientos destructivos y mafiosos, a todos los que no son capaces de defender sus ideas sin matar y hacer daño.
Uff, no me gusta nada hablar de estos temas…
Lo dicho: para el próximo año, espero que se cumplan todos vuestros buenos deseos, que no nos machaquen demasiado con las elecciones municipales, que ETA desaparezca, que se acaben las guerras, que no haya hambre en el mundo, que podamos disfrutar de nuestros paisajes, del campo, del mar y de la montaña, que hagan una nueva versión de Mary Poppins y que en los calendarios haya muchos más días festivos.
Creo que es mucho, ¿no?
Bueno, dejaremos algo para el 2008…
Besitos y que seáis moderadamente felices.