Quiero despedir el año con una foto que, para mí, está llena de significado. Está tomada desde uno de los lugares que han marcado mis últimos años, Galway, en Irlanda. Elijo este lugar por muchas cosas pero, sobre todo, por tanta gente buena que he encontrado en mi camino durante el tiempo que allí he pasado. Las vivencias compartidas, buenas y no tan buenas, las experiencias, y los viajes.
La foto que he elegido es de un lugar muy concreto. Es un rincón muy especial de la ciudad de Galway, The Woodquay, un pequeño embarcadero donde las puestas de sol son increíbles, desde donde la silueta de la joven catedral -de apenas sesenta años de historia- luce hermosísima y el río Corrib, el más rápido de toda la isla, está especialmente lleno de vida. Puedes quedarte horas viendo pasar distintos tipos de aves, especialmente corvoranes, cisnes, patos y distintas especies de gaviotas.
The Woodquay es un lugar de paz, reflexión y creatividad, principios básicos para comenzar la acción y la reacción, que es lo que le pido a 2019. ¡Allá vamos!