
Actualmente, Spanish Point es un lugar de veraneo con una preciosa, y peligrosa, playa que eligen muchos aficionados al surf. Aquí la mar sigue siendo violenta y luchadora. El día que hice estas fotos, un cartel de «prohibido bañarse» lucía en el medio de la arena, alertando incluso de posibles accidentes.
Respecto a la huella de los españoles en en la costa irlandesa, algunos de los se salvaron volvieron a España. Unos pocos, se quedaron. En mi querido Galway, un poquito más al norte de este «punto español» y en el condado del mismo nombre, hay un cementerio en el que se puede encontrar una placa conmemorativa a tantos españoles que perdieron la vida en aquella gesta. Es solo una pequeña anécdota, porque lo cierto es que la impronta de este trágico suceso está aún hoy visible en toda la conocida como «Wild Atlantic Way», desde Waterford hasta Donegal.
Si preguntas a un irlandés de a pie, te hablará de la «conexión» que existe entre españoles e irlandeses, que recogieron a muchos de esos náufragos, incluso escondiéndolos, corriendo el riesgo de sufrir represalias del entondes «enemigo común», Inglaterra.